Al despertar es tu cuerpo mi remanso mi consuelo, alborada son tus ojos tus suspiros mi aliento.
antes de que ella llegara,
supo sacar con mesura
y con magia aquella nostalgia,
encendiendo lo oscuro de mi alma,
bendita sea la madre patria que te vió nacer,
no hay métrica al hablar de ti mujer
de ojos grandes que hipnotizan,
eres el cálido abrazo, en días amargos la sonrisa,
tus manos son glaciares que derriten mi ser.
confesar en estas letras quisiera
que eres mi caudal mi tierna primavera,
no olvides que te quiero con locura
si estás tu a mi lado no existe la espesura,
no hay mejor calor que el que me da tu morada
me confieso pecador por comer de su manzana
si la recompensa son sus labios sobre mi cuerpo
viajaría en la pluma del tiempo
Así es ella, así es Susana un lucero en mi ventana.